Cuento para el Rincón de la Tinta. El juego literario de este mes consistía en escribir acerca de un evento histórico, imaginando cómo lo vivirían sus protagonistas o los testigos.
- Edgar, ¿cómo vamos?
La grisácea superficie se acercaba más y más. Cubría ya la totalidad de la ventana.
- 300 millas, preparaos para el alunizaje.
- De acuerdo entonces. ¿Cómo seguirá Stuart?
- Oh, lo llevará bien, seguro. Va a estar dos días muy bien sin nosotros.
- Jaja sí, eso espero.
Habría sido mejor ir acostumbrándose poco a poco al incremento de gravedad, pero realmente se manifestó cuando se activaron los motores de alunizaje. El piloto del Módulo Lunar Edgar Mitchell abrió la escotilla, bajó por las escaleras, y se apartó para poder colocar la cámara para retransmitir a la NASA. El comandante Alan Shepard, pudiese salir de la nave. Bajó del modulo, Alan Shepard dio unos cuantos pasos y dijo:
- Ha sido un camino largo, pero estamos aquí. ¿NASA, me recibís?
- Sí, recibido - pudo escuchar ALAN en su casco al cabo de unos segundos.
- Bien. No sé si podéis reconocer lo que llevo en la mano...
Se giró hacia la cámara, con un objeto largo y brillante en la mano. Edgar ya sabía de qué iba el chiste, así que sonrió y no dijo nada, aunque la NASA no lo pudo comprobar.
- … Es un palo de golf hierro 6. Este tiro se lo dedico a todos los americanos. Normalmente, se coge con dos manos, pero debido al traje voy a tirar sólo con una. -dijo, mientras tiraba una pelota de golf y se colocaba en torno a ella.
Con un movimiento nada grácil, pero poderoso bajo aquél tenue influjo de la gravedad, la bola salió despedida.
- Bueno, voy a probar otra vez - dijo, soltando otra bola. ¡Allá va! Qué buen tiro, probemos otra vez.
Ante los asombrados ojos de los controladores de la misión en la Tierra, que no articulaban siquiera a emitir una queja, Alan Shepard colocó su tercera pelota.
- ¡Millas, y millas, y millas!
La pelota, realmente, sólo alcanzó entre 180 y 370 m, pero ya era bastante para el comandante. Y para el resto de la NASA, que ya empezó a poder articular palabra.
- Muy bien Alan, ahora, le pedimos por favor que siga con las pruebas previstas.
- Así lo haré - respondió cordialmente el comandante, mientras botaba y volvía hacia su compañero para ayudarle en las tareas.
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