Caras apáticas pueblan
ciudades como París,
Tokio y Berlín,
Nueva York, Madrid.
Mareas de gente nacidas
entre la incultura del nuevo mundo
arrasan tiendas, bares,
cines y centros comerciales.
Impulsivos, arrogantes;
abogan por lo inconsciente.
No hables con ellos,
no te escuchan.
No menciones la razón,
son fríos, a ojos de observador parecen;
se mantienen unidos pero distantes.
Zombies de la moda,
responden con un "jem",
un "sep" o ni eso quizás;
son espontáneos:
cambian de tema.
Zombys kaóticos,
eskriven en intrenet, cmentan en fotos,
un OSQ, TQM, os hecho de -,
frases hechas, desgastadas, sin sentido alguno,
modas ladronas de mentes,
drogas diseñadas para no pensar.
Bárbaros, luchan entre ellos. ¡Conciencia de clase!
Dentados engranajes mal colocados,
luchan incluso en un grupo por poco más
que sentimientos puramente banales, superficiales.
Me evado de ellos como ellos de mí;
dejo correr la tinta.
Ni yo mismo me escapo
de su impune atracción.
¿Soy uno de ellos?
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