-Explíqueme
Alberto, ¿en qué consiste su sueño exactamente?
El doctor estaba sentado
en una silla de madera, inclinado para escuchar. En cambio, él se
acomodaba en un confortable sofá negro, que chirriaba al moverse.
-Verá, en mi sueño
siempre estoy haciendo algo distinto, como cocinar o guardar la ropa,
pero ocurre lo mismo. Sin previo aviso, corro hacia la ventana de mi
cuarto, que da a un parque. Salto por encima, con un fuerte impulso
-matizó Alberto, con un esbozo de euforia en su boca-.
-Bien, todo apunta al
síndrome del paracaídista -comenta el psicólogo, mientras anota
algo en su agenda-. Luego, se lanza al vacío y se despierta...
-No exactamente. Cuando
salto, lo hago como uno de esos nadadores de élite: junto los
brazos, estiro las piernas, y me sumerjo en el vacío. -Alberto se
remueve incómodo, y añade- Aunque, en realidad, yo... no sé
lanzarme de cabeza a la piscina. Siempre me ha dado miedo.
-Hmm, interesante...
La secretaria golpea la
puerta y sin esperar respuesta irrumpe rudamente.
-Señor Ramírez...
-¿Cómo de importante
es? - El psicólogo era un hombre práctico.
-¿Recuerda el paciente
que se medicaba con antidepresivos, y algo más? Bien, pues lleva un
tiempo sin tomar lo que debería.
Salieron entonces
rápidamente de la habitación, dejando a Alberto solo con un
“disculpe un momento”. La ventana, abierta de par en par, dejaba
correr una moderada brisa otoñal.
Eso de soñar que uno vuela como nadando debe ser muy normal. Yo lo soñaba muchas veces, aunque mis vuelos eran siempre a no más de medio metro del suelo o de los obstáculos que encontraba por el camino. Saltar por una ventana solo lo he soñado una vez: estaba en plena guerra del Vietnam, me perseguían y huí saltando sobre una barcaza que pasaba por allí. Pero esa vez no volé.
ResponderEliminar¿Soñaba que estaba en una guerra? Vaya, eso no tiene que ser muy relajante.
ResponderEliminarEn el relato, Alberto no sueña que "vuela", sino que salta. Como un suicida, pero no por miedo a saltar, sino por el deseo de saltar y vencer el miedo a tirarse a la piscina.
Era difícil de plasmar, sin duda.