lunes, 5 de noviembre de 2012

De las instituciones a la democracia (III)


Esta es la penúltima entrada de las cuatro que tengo pensado publicar sobre este tema. Agradezco cualquier comentario constructivo (aquí la anterior). Lean y comenten.

ARGUMENTOS CONTRA LA TEORÍA

Primero habría que pensar en hacer frente al poder desde el propio poder: recurriendo el poder Judicial. Los jueces, ley en mano, deben hacer cumplir esta, y regular si alguien se ha extraviado. Pero los tecnócratas ya habrían pensado esto.

Si miramos los presupuestos, año tras año, el presupuesto para el ministerio de Justicia se va reduciendo. Y esto, ciudadanos, se traduce en menos medios para operar, tanto material como humanamente, luego la justicia funciona cada vez peor y se retrasa más. Eso, sin contar con las tasas judiciales que se implementaron esta legislatura.


También pueden argumentar los ciudadanos informados que también podemos “interferir” directamente en la creación de leyes, mediante las Iniciativas Legislativas Populares, o ILPs. En resumidas cuentas, se trata de un proyecto de ley que un grupo de ciudadanos puede presentar en el congreso, reuniendo más de 500.000 firmas. Sin embargo, como podemosleer en Wikipedia, las restricciones sobre qué se puede modificar son altas, y 8 de los 9 casos que se han presentado ILPs desde 1978 se han rechazado de pleno, y en una de ellas se modificó el texto. Es decir, que por esta vía no se puede conseguir algo efectivo.

Por último, los ciudadanos, hartos de agotar vías burocráticas, se echan a la calle. ¿Y? Bueno, que paran el tráfico, paralizan el comercio y las actividades económicas. Ese día, el gobierno recauda menos. Por supuesto, es una medida de presión como cualquier otra, pero se necesita una manifestación masiva para poder afectar el gobierno; y tenemos al gobierno más testarudo y cabezota de los últimos 9 años. Es, como digo, una medida de presión; pero el consejo de los 27 de la UE lo hace más y mejor. No me malinterpreten, yo voy a casi todas las manifestaciones que puedo, pero probablemente esa vía no tenga mucha salida más que la reivindicación, porque la ciudadanía no se puede permitir un mes de paro seguido, cosa que sí afectaría duramente al gobierno.

Luego, está el hecho de que el Estado no solo recauda dinero a través de las actividad económica dentro de sus fronteras. Las exportaciones y la actividad de multinacionales con sede española, como Telefónica, también influyen en las arcas del estado. Y si aun así no es suficiente, el Estado puede pedir, como suele hacer, dinero prestado a inversores particulares a través de un mercado de valores comúnmente llamado “el Mercado de la Deuda”. Luego, ¿hasta qué punto un paro con servicios mínimos afecta a un país? ¿Presión mediática? Por supuesto, pero permítanme ser ignorantes y preguntar hasta qué punto un gobierno, por ejemplo este, está influenciado por los medios de comunicación contrarios a su “método de actuación”.

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