domingo, 14 de abril de 2013

Inspiración

Por más que me siento, bolígrafo en mano y tarde por delante, no me sale. Nada. Las palabras, que antes fluían apasionadas entre las hojas, ahora a duras penas gotean de la punta, casi gastada de todas las páginas de números y apuntes que tomo cuando estudio.

Por más que lo intento, no puedo, ¡no puedo! ¿Dónde está mi imaginación, mi inspiración, que antaño corría por mis venas?

Cansado, después de media hora mirando una hoja semitachada, me levanto y camino hacia la puerta. Salgo de la casa. En el porche, Neisar, nuestro aismetros particular, recoge los melones del frondoso árbol del jardín con sus tres brazos extensibles.

-¿Qué, nada? -me pregunta
-No -suspiro. anda, voy a ayudarte con eso, antes de que el Presidente llegue, no vaya a ser que se quiera sentar a la sombra y le caiga un melón encima.

4 comentarios:

  1. Hay que tener imaginación para imaginar que uno no se imagina nada. Sobre todo a la sombra de un melonar.

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  2. Mi hermano ha cultivado melones en un pequeño jardín. Se me hizo raro leer que aquí lo ilustras como un árbol en vez de una planta que se extiende a nivel del suelo, pero leo que hay frutos que reciben el nombre de melón y crecen en árboles. Por otra parte, imagina si Newton hubiese visto un melón cayendo de un melonar, cómo habría cambiado la historia al velo estrellarse en el suelo y hacerse pedazos.

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  3. Obviamente, los árboles melonares son ficticios (la idea con la que escribí el relato es esa, lo aclaro por si acaso), pero me apetecía contrastar como, en un ambiente tan surrealista y fantasioso, el protagonista no es capaz de crear nada digno (más o menos, lo que me pasa a mí).

    Si Newton hubiese visto hacerse pedazos contra el suelo... habría descubierto de un plumazo dos leyes/principios suyos: la gravitatoria y (más importante aún) la conservación del momento lineal. Solo Newton, en ese momento, se levantaría y gritaría "¡demonios, el momento de todos los trozos se conserva! La masa por la velocidad de la partícula, en todas las direcciones, es nula".

    Algún día tendré que escribir la física de un plato al romperse.

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  4. Me temo que sí a Newton le cae un melón en la cabeza, no habría descubierto la ley de la gravitación universal. De hecho no hubiera descubierto nada más.

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