¿Cómo de insoportable es el ser? - Reseña

Me parece curioso pensar que, aunque el frecuente lector tiene sus propios hábitos y preferencias, algunos de los libros que más me han entusiasmado han sido recomendados por amigos y compañeros. Este es el caso de La insoportable levedad del ser, del checo Milan Kundera.

Tengo que decir que los "clásicos de la literatura" me han decepcionado en la mayoría de los casos. Ni "El Jugador" de Dostoievsky me atrapa en sus juegos y desamores, ni "El hobbit" tiene mucho que decir sobre la fantasía épica, ni Franz Kafka me enclaustró con "El proceso" (como cualquier cuento de Philip K. Dick sí habría hecho). No quisiera hablar de Rayuela porque quizás soy demasiado joven para entender qué se le pasó a Julio Cortazar por la cabeza para poner de protagonista de su obra magna a un sociópata como Horacio.

No todos lo que entra en el mismo saco huele igual. Hay clásicos, como “La Odisea”, que se libran del esnobismo literario para llegar a ser algo más grande. En esa categoría entra también “La insoportable levedad del ser”. Y es que, a diferencia de Cortazar, Milan Kundera sabe cómo y qué escribir para que termines empatizando con un Tomás mujeriego, que de vez en cuando hace llorar a la tierna e ingenua Teresa. Lo mismo ocurre con el espíritu libre que es Sabina y el aburrido profesor de universidad Franz.

La novela empieza con tomás en una Checoslovaquia poco antes de ser ocupada por los soviéticos. Cada historia, cada trama, se repite con los distintos personajes. Mismos hechos, experiencias diferentes, perfectamente hiladas de manera que siempre conoces varios puntos de vista del mismo hecho. Y eso es lo que llega a definir verdaderamente a cada personaje, más que sus diálogos o descripciones.

Teresa-Tomás-Sabina-Franz, todos ellos forman banales y cotidianas relaciones, envuelas en la pesadez de los eventos históricos que ocurren a su alrededor. Pues ellos no pintan nada en la Historia, sino que se ven atados por los desvaríos de personas más influyentes. A todos ellos les parece insoportable esa levedad del ser que los envuelve, esa banalidad y sinsentido con el que se mueve la vida, y los protege de tomar parte en importantes decisiones de la historia.

La insoportable levedad del ser va encaminada, como su propio autor apunta, a ser una novela filosófica, con un mensaje claro pero confuso al mismo tiempo, lo suficiente como para que estemos dándole vueltas un buen tiempo. A veces, los grandes eventos, las sinfonías, los enormes monumentos y la Historia en mayúscula no es la que determine la vida, sino las pequeñas casualidades. Muss es sein? Ja, es muss sein!