viernes, 14 de agosto de 2015

El correcto uso de la violencia (en el cine)

Tenía ganas de escribir este post hace tiempo, pero el segundo cuatrimestre del último año de carrera (ahora Grado) ha sido duro, y he ido bastante con la lengua fuera. Pero aquí está.


Ganas tenía de ver La Cosa, de John Carpenter (la del 82), pero hacía mucho tiempo que no veía ciencia ficción “antigua”, cuando no era el canón hacer películas para adolescentes.





La ciencia ficción está muy denostada en el cine. Se suele asociar la ciencia ficción con la acción (Star wars, superhéroes), cuando la ciencia ficción puede ser más que eso. Es simplemente un género “marco”, donde caben otros géneros como la intriga, el terror, el romance o la política ficción (como en el caso de 1984). Esto, que a veces se deja ver en ciertas películas más o menos independientes como Coherence o Distrito 9, es lo que muestra La cosa de 1982.


La película narra la historia de 9 científicos (entiendo que también con formación militar) que están una base americana en la Antártica investigando hasta que un alienígena los visita, con no muy buenas intenciones. Lo que hace esa historia diferente de muchas otras películas de terror de buena tarde es que el alienígena toma la forma, el habla y los recuerdos de la persona a la que mata.


Ahí, todo bien. ¿Pero a qué viene todo esto? Pues a que la forma de “asimilar” a su víctimas” es horrorosa y grotesca, sin que enturbie el film. Y ahí está el correcto uso de la violencia. La mayor parte de la película nos mantienen en suspense, dudando de quién de los hombres que quedan no es realmente quien dice ser. El silencio que intencionadamente dejan en algunas escenas te atrapa, sin ser quizás terror puro.


Sólo cuando la Cosa aparece, bang, gore puro. Pero muy concentrado, muy breve, de manera que no se convierte en un festival de sangre como Saw o cualquier película moderna de terror. Esto es, quizás, lo que debería tomar el cine actual para hacer sus películas. Las historias tienen que ser realistas, y causa extrañeza al espectador que un malo malísimo la líe en un evento lleno de personas y nadie resulte herido, como ocurre en la última película de los X Men.

Entiendo que, la pasta es la pasta, y si puedes vender para todos los públicos, mejor. Sin embargo, si una obra tiene calidad, no te hará falta un marketing como los 4 Fantásticos.

1 comentario:

  1. Una de mis películas de terror favoritas, me encantó y me encanta cada vez que la revisito :)

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