Este relato lo escribí mientras estaba de vacaciones en La Línea de la Concepción, Cádiz. Me decidí a publicarlo cuando, después de dejárselo a algunos amigos que eché allí, me dijeron que era... curioso.
Quien me hubiese
imaginado por las calles de Córdoba en pleno Agosto, a las cinco y
pico de la tarde. ¡Qué calor! Aunque, por mucho que me lamentase,
si me qeuría sacar el examen teórico de coche antes de irme de
vacaciones, tenía que estar las máximas horas posibles
Pese a que la autoesculea
andaba cerca de mi casa, y me había hidratado antes de salir, ahora
mismo tenía una sed indómita. ¡Menos mal que recordaba una fuente
por el camino!
Al lado de ella, estaba
un banco de madera, viejo y algo decrépito, situado a la sombra. Un
anciano, sentado en él, me sonrió al verme, y yo le devolví la
sonrisa, aunque no nos saludamos
Me incliné a beber y
para mi asombro (aunque era de esperar), estaba calentucha. Me aparté
y la escupí en el suelo nada más probarla
-¿Está helada, verdad?
- preguntó afablemente el anciano
-Para nada, ¡está
hirviendo!
-Te equivocas muchacho
-contestó. Su sonrisa, aunque con la dentadura imperfecta, era
agradable de ver
-Pruébela usted mismo,
si quiere -le reté, no esperando que aceptase.
Pero, sin perder su
compostura, aquella persona mayor se levantó y se acercó a la
fuente. Mientras bebía, y ante mis propios ojos, su boca, cara,
brazos y piernas palidecieron, se azularon, y poco después empezó a
aparecer escarcha por encima. ¡Se estaba helando, pero literalmente!
Cuando el proceso terminó, loque se encontraba frente a mí no era
sino un macizo bloque de hielo. ¿En pleno Agosto? ¡Imposible!
Quise acercar la mano
para comprobar si, de verdad, algo podía estar frío con este calor.
Y, en cuanto posé la mano encima, otra cosa mágica sucedió
Poco a poco, aquel bloque
empezó a descongelarse, volviendo a mostrar la forma humana de
antes. El blanco hielo pasó a azul, el azul a pálida carne. Cuando
el anciano volvió a parpadear, se dirigió a mí y me dijo
-¿Te lo dije o no te lo
dije? -volvió a sonreírme
Como ausente, respondí
afirmativamente, di media vuelta y seguí mi camino. Aún dudo si
aquello fue un espejismo de Agosto o un sueño de una de mis cortas
siestas.
Pues no te cortes, Relampague: publica.
ResponderEliminarLo que sí debes hacer es repasar cuidadosamente lo escrito. A todos se nos juntan palabras que deberían estar separadas, se nos trastocan algunas letras y nos desaparecen otras, pero con un repaso atento se suelen detectar casi todos los fallos. (Casi todos, no somos perfectos).
Sin duda, CURIOSO. La verdad es que no me esperaba a un anciano congelarse de repente O_O me he quedado en shock jajaja mira a ver si te pones gorra que los golpes de calor afectan a las neuronas!! :D Me ha gustado, tienes imaginación, aunque he de decir que los finales sin explicación... prefiero que la explicación sea: OH MAGIA! a que sea: OH MISTERIO! jajajaja soy rara, lo sé. Sigue así!! :DD
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